Trabajar a diario con adolescentes supone mantenerse en continua alerta y con todas las facultades mentales rindiendo al cien por cien. Es por ello que los docentes sufrimos, de manera frecuente, depresiones, stress, ansiedad, etc.
Cuando empecé en la enseñanza, hace ya unos 20 años, trataba de imponerme en el aula mediante la disciplina. Hoy echo la mirada hacia atrás y me doy cuenta del error. Desde hace años a mi me funciona bastante bien utilizar, en la medida de lo posible, el sentido del humor en el aula. Los alumnos reaccionan mal y se tensionan, si perciben en nosotros atisbos de mal humor. En cambio si te ven relajado y sonriente, ellos también se relajan.
Hoy con 2º bachillerato, en plena explicación molecular, les he colado un chiste para su sorpresa. La carcajada de ellos ha sido tan natural y expontánea que por un momento no sabía si iba a poder seguir dando clase, porque me han contagiado su risa. He tenido que practicar el autocontrol para poder seguir, pero había conseguido mi propósito. Ahora todos estaban concentrados en mis siguientes palabras, por si caía otra nachorrada, que por cierto, ha caido cinco minutos después y ha sido nuevamente acogida con otra carcajada gratificante.
Creo que ha sido un momento magnífico.
6 comentarios:
Y funciona.
a mi en tu clases me descojono... ¿es cierto lo de ignacio= a....? dios mio!! eso a sido la leche casi hasta lloro, jajaja
Gracias Rocío, eso espero
Pues si que funciona lo del humor, yo es que en tu clase a demás de aprender un montón me divierto otro tanto de lo mismo jejeje de verdad que lo das de tal manera que tu asignatura dan ganas de estudiar y todo jajaj saludos.
Igual si algún día dejo la enseñanza me dedicaré a los monólogos en programas de humor.
Yo también creo que apetece más estudiar una asignatura si te diviertes con ella.
...Sin acritud...yo no soy profe...pero "expontáneo"...espero que Ud. no sea profe de Lengua...aunque no pasa nada un lapsus lo tiene cualquiera...¡¡¡SALUDOS!!!
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